EL VIENTO Y LA FELICIDAD
La felicidad suele
llegar como oleadas
de viento fresco
en una tarde cálida
de verano.
Uno suspira
uno aspira y
con el corazón
lo agradece.
Porque bien
se sabe que
habrá tardes
sofocadas
que ni una hoja
del mezquite se mueve.
Uno bien sabe
que habrá días que la
felicidad no llega
pues de vez en cuando
se aletarga.
El viento
llega pero nunca
se queda.
Ayer tuve ráfagas
de viento fresco
pero ya se marcharon.
Y me quedé
cavilando
hacia el horizonte, pues,
fuiste viento fresco
de un bello momento.
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