COSECHA OBLIGADA

Lo que se siembra
con amor
obliga cosecha,
pues,  lo espiritual
y del corazón no es
fruto que el suelo
se deba tragar.

Por ello,
el señor se molestó
cuando la higuera
ni un fruto   le entregó.

Si prestas una moneda,
que importa
si no te la regresan, al igual que
si siembras zacate.
¿Qué de ello puedes
cosechar?

Pero, 
si siembras con el
espíritu y el corazón,  
¡ve y levanta cosecha!

y si no encuentras fruto,
en tu huerto, 
el mismo señor
lo hará secar.



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