TIEMPO Y DICTADOS
Es triste odiar las cosas
que uno debería amar.
Antítesis de río y mar,
o lo nauseabundo y el aroma a rosas.
La traición duele hasta el corazón
puñalada que mata, miras a los ojos
al asesino, y como lleva tus despojos,
para devorarte en un rincón.
Es cierto que no debía ser así
pero lo que sembramos cosechamos
lo sé desde que nací.
Daré tregua al camino que dicte Dios
porque ello salva el alma, da paz
e ilumina la penumbra que tintan los odios.
que uno debería amar.
Antítesis de río y mar,
o lo nauseabundo y el aroma a rosas.
La traición duele hasta el corazón
puñalada que mata, miras a los ojos
al asesino, y como lleva tus despojos,
para devorarte en un rincón.
Es cierto que no debía ser así
pero lo que sembramos cosechamos
lo sé desde que nací.
Daré tregua al camino que dicte Dios
porque ello salva el alma, da paz
e ilumina la penumbra que tintan los odios.
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