EL HOMBRE Y SUS BASTARDOS
El corazón respira cuando hay paz,
lo hace pausado y en silencio,
permite escuchar los pensamientos
que desdibujan imágenes.
Justifica el sacrificio,
no engaña. Un corazón en
paz siempre dice la verdad.
Una flor muere para que otra
viva. Es lógica de vida.
Una lagrima está justificada
si se derrama en paz.
El llanto sosegado
purifica, amansa
y da claridad al
cristal de la vida.
El llanto atormentado
nubla todo, y deja ver
más allá.
Dios trabaja mientras
duermes, en aquellos
de corazón noble.
Y compensa.
Dios teje lentamente
el castigo
en la gente de mala entraña.
Ellos no lo saben.
Pero la maldad tarde que
temprano toca a su puerta
y cobra lo que deben.
La maldad tiene su recompensa
en el corto plazo.
He visto al hombre
con maldad, Dios es paciente,
muy paciente, como el lagarto de
Komodo, te persigue cada día observando
que haces, A quien dañas, a quien engañas
a quien matas, donde pones
tu cizaña y a quien envenenas.
El hombre malo, Dios hace que
su corazón lata atormentado,
lo hace envejecer con rostro
de un miserable, lo encorva,
le da mucha edad, tan larga y
lo suficiente para que sea juzgado
y señalado en la tierra.
Terminan caminando encorvados
con la mirada al suelo
huyen de la luz
se quedan solos porque
ya nadie les cree.
Los he visto volverse locos,
hablar con gente inexistente,
piden perdon a gritos, se arrodillan,
suplican.
No hay baño ni perfume
que les quite su hediondez
su piel ha quedado corrupta
como la blanca lepra
y su corazón es un cuarto
oscuro de que el mismo teme
cuando duerme.
su mente es latigo en vida.
Los he visto. Ya viejos
cargan en el regazo la biblia,
bendicen, se santiguan
no se les cae de la boca
¡Cristo! !Cristo!
!Hipocrita!
Pero también he visto al hombre
que hizo maldad, al triste
ateo, a ese que ni en su sombra
cree. Ya viejos se arrinconan
se agazapan esperan a su victima.
No es el hombre que los hará
pagar. Es Dios, es la divina
justicia.
Encorvado de blanco pelo,
desgarbado, mirada torva
cual animal, detrás de su
propia cerca, como si fuese
su propia jaula. Nadie
se les acerca.
Bueno, si, se les alimenta
como animal salvaje, desde lejos
porque su lengua es garra
y aun viejo todavía daña.
Dios trajo al mundo corderos
Dios trajo al mundo lobos
El corazón del lobo
late atormentado.
Del corazón del cordero
son apenas audibles sus latidos.
Del hombre malo nacen
bastardos, el los cría
los alimenta con su saliva
con los ejemplos de vida.
Si él roba, ellos roban.
Si él mata, ellos matan.
Si él engaña, ellos engañan.
Si él roba, ellos roban.
Si él mata, ellos matan.
Si él engaña, ellos engañan.
No sólo de la rosa de Dios
nacen flores. También
del feo sahuaro nacen
sus bastardos, esos que dañan
con lo único que tienen,
sus espinos.
El hombre malo
no siempre está en un rostro
de hombre, el hombre
malo también se esconde
en el vientre
y corazón de una mujer.
Siempre he sabido que
el destino del hombre malo,
ese al demente y corazón atormentado,
la gente sabrá de su muerte,
sólo y solamente
por el hedor de su cuerpo inerte
de su corazón putrefacto.
Sólo así sus bastardos
irán por sus desechos.
Antes de tocarlo se asegurarán
que este inerte
para que no dañe,
porque ni sus propios
bastardos confían en él.
porque ni sus propios
bastardos confían en él.
Por qué no se acaba la maldad?
porque el hombre
siembra vida y ejemplo
en sus bastardos.
El corazón respira cuando hay paz,
lo hace pausado y en silencio,
permite escuchar los pensamientos.
El hombre bueno
deja rosas
cuando se marcha.
Su vida y hecho
son aromáticos
pétalos.
Cuando hablo del hombre
hablo también
de la mujer.
El corazón no tiene
genero.
Cuando hablo del hombre
hablo también
de la mujer.
El corazón no tiene
genero.
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