PERDONAR
Un hombre de buen corazón
tuvo sueño, y en paz
se durmio.
Una serpiente se deslizó hacia
el hombre que dormía y abrió
sus fauces depositando
el odio.
El hombre despertó
con la extraña necesidad
de odiar.
El hombre anduvo un tiempo
deslizandose por las calles
cual serpiente mordía.
Con el pasar
de los veranos,
fue a dormir
como todos los días
con el odio en el corazón.
Pero mientras
dormía una luz
le iluminó la frente, como si fuese
una luciernaga, se deslizó por todo su
rostro, tocó sus labios,
sus oidos, sus manos y fInalmente
cual estrella fugaz se expandio
en su pecho.
El hombre despertó
con el perdón en los labios
y el alma en paz.
Otra noche el
hombre durmió,
la serpiente llegó,
e intentó clavar sus afilados
colmillos, pero como
si hubiesen tocado
una roca se le desintegraron.
La serpiente, se deslizó
hacia el oriente
derrotada y molacha.
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