LA CALLE DE LOS INFELICES



El calor hizo de fuego
el día. Las calles estaban
completamente vacías.

Alguna vez tuve felicidad
y me asomé a la calle de los
hombres felices, y me
di cuenta que el camino
estaba completamente vacío
tal como una tarde 
ardiente de verano.


Otro día mi corazón deseo
salir a pasear por la
alameda de los infelices
y juro por Dios,
que había tanta gente 
que parecía un domingo
en la plaza del pueblo.


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