TOMAR CONCIENCIA

Si cada día de nuestra vida
visitáramos el campo santo, y
en vez de llevar una flor,
pensáramos en el privilegio 
de estar vivos.

Entonces sabríamos que las flores
son para los vivos.  Porque lo vivo da
vida. Lo demás es sólo un reclamo
del corazón que añora a los 
que ya partieron.

Que hermosa es la vida, y
más cuando se vive con 
alegría.

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