EL PENSAMIENTO Y EL POLEN

El hombre puede matar el cuerpo,
es por ello que no le teme.
Pero el  hombre de mal teme a los 
buenos pensamientos porque éstos
se diseminan como el polen en
primavera. 

Y bien sabe el hombre de maldad
que un buen pensamiento ilumina
, guía y se vuelve a diseminar.

Es por ello que en mi pueblo hay
muy poco polen, pues
aun en primavera, es difícil
encontrar indicios de nueva vida.

El hombre de mal, le teme
a las buenas conciencias
y a los hombres que piensan.

En cambio el pensamiento común
es como la yerba,  donde  quiera
se encuentra. A nadie inquieta,
por eso, allí permanece.

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