ASÍ VIVIMOS EN MÉXICO
México es un país con un laxo
estado de derecho y con una democracia de utilería,
donde los hombres en el poder
viven con su concubina; con la delincuencia organizada,
la iglesia comprada y un congreso cínico y perverso, más interesado
en cuidar sus prebendas como el perro cuida celosamente
su hueso.
En México se aplican los principios de maquiavelo, así es como
el presidente gobierna tomado de la mano
con algunos medios de comunicación. Rémora
delincuente.
Yo vivo en un país de cortinas de humo,
un circo de varias pistas,
donde la realidad se esconde con un
distractor. Si el ejercito asesina a veintidos en Tlatlaya
o la policía desaparece a cuarenta y tres en iguala,
entonces es un buen momento de que aparezca
el chupacabras.
En México la ley es letra muerte
para los pobres.
Y es letra torcida para los ricos.
En México se nos cree infantes con retraso,
cuando el gobierno de sus robos y dislates,
justifica con argucias inverosímiles.
El presidente es un cuasi dictador, flemático y ladrón protegido por hombres
económicamente poderosos en la propia nación y por naciones
extranjeras.
México está lleno de abiertas heridas,
cavadas. el México de las fosas clandestinas donde
miles de desaparecidos yacen. Allí donde el
delincuente lleva los cuerpos, la policía cava
y el soldado hecha la tierra con la pala.
El México salvaje, enfermo
donde nadie está seguro, el lugar
donde lo tuyo es tuyo mientras
al delincuente no lo desee.
El México donde el gobierno
vive como rey, y el hombre de a pie,
apenas le alcanza para medio comer.
El México donde se llora
al muerto o desaparecido,
ante la indolente actitud del gobierno
mezquino, ambicioso y
asesino.
Una nación donde la libertad
de expresión es un delito
que se paga con la cárcel
o con la muerte, donde manifestar
el descontento social es desestabilizar
al "buen" gobierno.
En México la mayoría callamos.
Aquí, importa más la trama novela
que cuarenta y ocho niños calcinados
por un grupos de descastados
que nunca pagaron su delito.
El México que nos duele,
el México que así vivimos.
estado de derecho y con una democracia de utilería,
donde los hombres en el poder
viven con su concubina; con la delincuencia organizada,
la iglesia comprada y un congreso cínico y perverso, más interesado
en cuidar sus prebendas como el perro cuida celosamente
su hueso.
En México se aplican los principios de maquiavelo, así es como
el presidente gobierna tomado de la mano
con algunos medios de comunicación. Rémora
delincuente.
Yo vivo en un país de cortinas de humo,
un circo de varias pistas,
donde la realidad se esconde con un
distractor. Si el ejercito asesina a veintidos en Tlatlaya
o la policía desaparece a cuarenta y tres en iguala,
entonces es un buen momento de que aparezca
el chupacabras.
En México la ley es letra muerte
para los pobres.
Y es letra torcida para los ricos.
En México se nos cree infantes con retraso,
cuando el gobierno de sus robos y dislates,
justifica con argucias inverosímiles.
El presidente es un cuasi dictador, flemático y ladrón protegido por hombres
económicamente poderosos en la propia nación y por naciones
extranjeras.
México está lleno de abiertas heridas,
cavadas. el México de las fosas clandestinas donde
miles de desaparecidos yacen. Allí donde el
delincuente lleva los cuerpos, la policía cava
y el soldado hecha la tierra con la pala.
El México salvaje, enfermo
donde nadie está seguro, el lugar
donde lo tuyo es tuyo mientras
al delincuente no lo desee.
El México donde el gobierno
vive como rey, y el hombre de a pie,
apenas le alcanza para medio comer.
El México donde se llora
al muerto o desaparecido,
ante la indolente actitud del gobierno
mezquino, ambicioso y
asesino.
Una nación donde la libertad
de expresión es un delito
que se paga con la cárcel
o con la muerte, donde manifestar
el descontento social es desestabilizar
al "buen" gobierno.
En México la mayoría callamos.
Aquí, importa más la trama novela
que cuarenta y ocho niños calcinados
por un grupos de descastados
que nunca pagaron su delito.
El México que nos duele,
el México que así vivimos.
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