DONDE LOS MUERTOS VIVEN
La gente cuando muere
vive en las afueras de toda
ciudad.
Ayer, encendí una fogata
bajo la oscura noche. Las estrellas
parpadeaban, la neblina comenzó
a campear a sus anchas, no permitía
ver nada.
Aticé la fogata que apenas
crepitaba, unos trinos de cuervos
se escucharon, pero yo no sentí miedo.
Preparé cuatro piedras que la harían
de asientos, fueron insuficientes.
De las oscuras siluetas
del chamizo cachanilla, emergieron
una multitud de sombras,
unos tomaron asiento y muchos
quedaron parados.
Yo golpeé un poco la leña
y me respingo el anaranjado
fuego. Toda la madrugada
escuché leyendas de los
vecinos de afuera.
Las historias son muy cortas,
pues, en segundos escuchas.
Son muy respetuosos,cuando habla
uno, los demás callan.
Pude reconocer a varios amigos
y cuatro o cinco familiares.
Sus relato ya me era conocido.
La charla concluyó cuando la
fogata se apagó.
Los muertos viven
en los limites de la ciudad.
Si un día deseas escucharles,
Enciende una fogata bajo
una noche estrellada, espera
la neblina y el canto del cuervo.
Cuando menos pienses ellos
aparecerán. No temas
sólo quieren platicar.
vive en las afueras de toda
ciudad.
Ayer, encendí una fogata
bajo la oscura noche. Las estrellas
parpadeaban, la neblina comenzó
a campear a sus anchas, no permitía
ver nada.
Aticé la fogata que apenas
crepitaba, unos trinos de cuervos
se escucharon, pero yo no sentí miedo.
Preparé cuatro piedras que la harían
de asientos, fueron insuficientes.
De las oscuras siluetas
del chamizo cachanilla, emergieron
una multitud de sombras,
unos tomaron asiento y muchos
quedaron parados.
Yo golpeé un poco la leña
y me respingo el anaranjado
fuego. Toda la madrugada
escuché leyendas de los
vecinos de afuera.
Las historias son muy cortas,
pues, en segundos escuchas.
Son muy respetuosos,cuando habla
uno, los demás callan.
Pude reconocer a varios amigos
y cuatro o cinco familiares.
Sus relato ya me era conocido.
La charla concluyó cuando la
fogata se apagó.
Los muertos viven
en los limites de la ciudad.
Si un día deseas escucharles,
Enciende una fogata bajo
una noche estrellada, espera
la neblina y el canto del cuervo.
Cuando menos pienses ellos
aparecerán. No temas
sólo quieren platicar.
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