UNA TARDE DE DANZA

Has visto como danza
el eucalipto?
mueve sus ramas en armonía, como un hombre
gigante  al ritmo
del susurro del viento
con decenas de cascabeles
como si vistiera faldones.

Un cielo claro
cascajos de leña
sobre la yerba de verano.
Un mirada perdida,
un pensamiento, un poco
de prosa poética.
Un instante que
perpetúa la danza
del eucalipto.

Y nacen las palabras
que ya no son mías
porque te las dije
mientras admiraba 
al gigante que danza.


Siento que eres mía
que soy tu dueño en ese instante
que nos fundimos en uno
que nos damos vida
y que gozamos
que soy tu cielo
y tu eres mi viento
que eres la yerba de mayo
sobre mi pecho en cascajo.

El eucalipto ya no me
parece tan grande cuando
te pienso, es tan
pequeño. 

Iniciamos una danza
tu y yo, en un rincón
inesperado, ajeno.
Me veo, te ves.
Esto es vida.
Sentir tus caricias
como susurro de 
decenas de cascabeles
sobre mi piel
que ya se derrite
dentro de ti.

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