DESCUBRIR

Como cuando 
leo un libro que
ya había leído anteriormente,
y descubro cosas maravillosas
y detalles no 
antes percibidos.

Así también en la vida,
descubrir lo maravilloso
que es sentir el contacto
de un par de labios, cálidos,
húmedos, sensibles, ansiosos
y llenos de promesas.

O una tarde de hiriente verano
a la sombra de un árbol,
en total soledad,
viendo pasar la vida mientras
el fresco de la yerba me dice
que está viva, y los pensamientos
comienzan a saltar
como sardinas en la mar.
¿el árbol?
¿la soledad?
¿el verano?
no sé, pero, la verdad
llega lejana del bullicio
existencial.

El amor verdadero, el amor
de padre a un hijo, lo profundo
sublime y doloroso que suele ser.

La mañana sin significado.
El construir el significado
de esa hoja en blanco, el
libre albedrío para hacerla
a mi antojo.

El temor a la muerte
de un padre. El saber que
el amor entre hermanos existe,
sin inercia. ¡qué digo! no existe.
Más bien uno lo construye en
detalles recíprocos.

La estupidez.
la pena propia y ajena
de las cosas que hice,
hago y haré aun sin saber.

Sabor y olor
nuevo, en piel nueva. Y olvidar
aquella que todavía surge
de mi mente pero insípida
e inodora.

Leer un libro trae
cosas nuevas,
vivir la vida de verdad
y en paz también.

Yo lo sé.


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