COSAS EN EL CORAZÓN

Vi a una liebre comer,
de hecho ambos la vimos.

Sentí la mañana en soledad,
de hecho ambos
la sentimos.

Escuchamos como se agotaba
la conversación, de hecho
así sucedió.

Vi sus ojos llorar, y
él miró los míos, cada
uno con su propio pesar.

Repentinamente apareció
la liebre, pero esta vez
con muchos amigos.

El reloj marcó las
diez, de hecho ambos
supimos que era momento
de partir.

Cuando se escribe un
poema, es porque hay
cosas en el tintero.

Cuando se visita
a un padre, es porque
hay cosas en el corazón.


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