LA TÁCITA

Que tácita se apaga la llamarada
Que bizarra forma de escapar del recuerdo
hasta el loco de la calle se ha vuelto cuerdo,
pues, de las cenizas del amor no quedó nada.

Yo lo vi agonizante
se resistía a morir
le gustaba el alba, soñar y vivir,
¿Qué hay para el amor errante?

Nadie podrá olvidar su cortesía
su supuesta nobleza de corazón
la perdida espontanea de la razón
y su mediocre poesía.

Las personas buscan puertas
de esas que se abren con facilidad
anhelan encontrar la felicidad
¡oh! que mal, la esperanza está muerta.

Sigue el camino
¿el mapa? no lo hay, ¿se olfatea el amor?
dicen que tiene cierta esencia a flor.
No es cierto, es buscarlo aunque haya desatinos.

Anda, sigue adelante
no es el fin de la senda
ya ha caído la venda
una palmada en mi hombro, y a buscarte amante.









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