UN BUEN COMIENZO

Si estás dispuesto
a comprender las cosas,
eso, ya es un buen comienzo.

Comprender las cosas
sencillas de la vida
hasta las más complejas.

El aroma de las flores
en primavera. La despedida
del invierno y el tímido
sol que se asoma.

Si estás dispuesto 
a comprender los desatinos
de un hijo, el silencio
de una hija y el tempano
innombrable.

Si estás dispuesto a
comprender que siempre
habrá maldad y siempre
habrá pobres materiales
y de espíritu.

Si estás dispuesto
a comprender que
siempre habrá 
carentes de conciencia.



Si estas dispuesto
a comprender que la vida tiene
un final, y que aún la gente
que ahora ejerce el poder
con avaricia  y soberbia
mañana se pudrirá.

Que los vientos
vienen y se van. 
Que las estaciones del año
son para disfrutar.

Que la mujer es 
como el hombre.
En todos los sentidos,
ni es más ni es menos.


Si estás dispuesto a comprender
que cada ave debe construir
su nido, entonces, antes
de tener pájara, ofrecele
un buen nido donde estar.

Que la lluvia cae
que el hombre sin amor no es nada
que el hombre sin ciencia es un niño
que un pueblo sin identidad
(siempre será esclavo, tal 
como méxico)
que todo tiene un final
que el miedo nos vuelve corderos
que el dinero no compra todo.


Si estás dispuesto a 
comprender que Dios
no tiene representantes en la tierra.


Si estás dispuesto a comprender
que la fe es eterna.
Eso es ya un buen comienzo.

Si estas dispuesto a comprender
la vida
disfrutarás el día de hoy
y sus frutos.

Mujer mía
eres  fruto
de mi día.
Ven deja comer un poco
de ti.
Al fin lo comprendí.

Comprender es aceptar
lo bueno de la vida
y rechazar todo aquello
que nos daña.