EL VENENO DE LA ARAÑA

Un viejo rabo verde
queriendo pasar de galante,
le pregunta con melosa voz
a una joven moza.
¿Qué edad tiene usted?
Veintidós contesta ufana 
La presumida dama.
Ah!  Si pareces una niña, 
Dice el viejo libidinoso
Ya con su pelo canoso.

Y aquella presumida, 
Parpadea  su pestaña postiza, y
agradece con voz fingida.
Como lo hace el gato marrullero
de  zalamero ronroneo.

Y a mi que no me gusta el chisme.
hice uso de mi lengua viperina,

Sépase señor, que
no es menester ni intención agredir,
A tan agraciada dama, pero
la voz de toda  mujer,
es como el  veneno de  la araña.

pues, tarde que temprano
estará  en  campo santo,
si una palabra le cree  
a esta voz tan fingida.

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