EL ESPACIO

Entró a mi corazón
algo muy profundo.
Algo que agrieta
lo sagrado, que se vuelve
irreparable aunque
con lagrimas lo intentes.

Entró a mi corazón 
el duelo,  como quien
vela un ataúd. Pero 
ya no tuve llanto.

Así como entró se fue,
e hizo un poco de espacio.
Y una ligera ráfaga de esperanza
me da valor de hombre.

renacer, quizás.
¿y por qué no?

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