EL PROBLEMA ETERNO

Alguien puede decir
Que conoce el interior de un árbol.
¿Podrás decir acaso que conoces los pensamientos
y el  espíritu del árbol?

Entonces,  
¿por qué te dejas convencer tan fácilmente
Por las palabras, por la cara y por el cuerpo
De un ser humano?

Es como si  entraras a una selva, y tuvieses hambre,
Y comieras del fruto del primer árbol que en tu camino
Se atravesase. Muy seguramente morirás envenenado.

No comas fruto del primer árbol
Aunque te diga y jure que es un delicioso manzano.
Observa si otros comen de su fruto y viven,

Entonces come, pero sino, entonces no le creas.

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