EL AMOR ES OPIO Y SÁBILA
Es de falaz estirpe
Pasajero y caduco, oportunista
como un felino hambriento. Es de
suave hablar y de palabra enmelada
siempre está creando sueños.
Es inmoral porque es capaz de jurar
bajo la luz de un sacro cristal que,
simula eternidad.
Incita a formar nido cálido. Ella pone la
paja y él pone el deseo. Lagunas de sábila
brotan de ambos sexos. Opio que une
en primavera.
Es como pensar que la primavera dura
todo el año y la lluvia permanezca.
¡Ilógico!
El aroma devoraría el oxígeno y el agua
se uniría al cielo.
Aquel que lo entienda, que mejor beba
todo el vino que pueda, coma toda la carne
que desee, que derrame ríos de sábila
sin comprometerse.
Reina y zángano, ¿lo entiendes?
El opio necesario, pero nada más, pues,
lo perenne no es natural.
He tomado tanto opio
y derrochado tanta sábila
que la sobriedad me llegó.
Soy zángano que no reconoce
a reina. Conozco la humedad
de su nidos, sus
aromas, humores y sabores
de la sábila que esclaviza.
Ayer vi a una reina.
Me ignoró.
y me hizo comprender que ella misma
es utilería de un juego llamado amor.
Destinada a entregar sábila
y opio para un nuevo zángano
a quién atrapar.
Pasajero y caduco, oportunista
como un felino hambriento. Es de
suave hablar y de palabra enmelada
siempre está creando sueños.
Es inmoral porque es capaz de jurar
bajo la luz de un sacro cristal que,
simula eternidad.
Incita a formar nido cálido. Ella pone la
paja y él pone el deseo. Lagunas de sábila
brotan de ambos sexos. Opio que une
en primavera.
Es como pensar que la primavera dura
todo el año y la lluvia permanezca.
¡Ilógico!
El aroma devoraría el oxígeno y el agua
se uniría al cielo.
Aquel que lo entienda, que mejor beba
todo el vino que pueda, coma toda la carne
que desee, que derrame ríos de sábila
sin comprometerse.
Reina y zángano, ¿lo entiendes?
El opio necesario, pero nada más, pues,
lo perenne no es natural.
He tomado tanto opio
y derrochado tanta sábila
que la sobriedad me llegó.
Soy zángano que no reconoce
a reina. Conozco la humedad
de su nidos, sus
aromas, humores y sabores
de la sábila que esclaviza.
Ayer vi a una reina.
Me ignoró.
y me hizo comprender que ella misma
es utilería de un juego llamado amor.
Destinada a entregar sábila
y opio para un nuevo zángano
a quién atrapar.
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