EL HORMIGUERO

Cuando era un chiquillo
solía ir a los hormigueros
y pisoteaba su entrada 
evitando que las hormigas 
regresaran.

Mi sorpresa era que en
el corto tiempo las hormigas
reconstruian lo que yo 
había derruido.

Pero yo insistía, y buscaba
algún tipo de liquido, desde
agua hasta aceite o lo que fuese,
lo vaciaba y lo inundaba.

Me retiraba del hormiguero,
ufano por mi gran victoria
sobre aquellas pequeñas rojas.

A la mañana siguiente,
encontraba el hormiguero
intacto, reconstruido
y las hormigas viviendo
su vida como si nada
hubiese pasado.

Que ironía tiene la vida,
pues alguién destruyó la
puerta de mi "hormiguero",
y después lo anegó
hasta hacerlo inhabitable.

Y pensé en Lucas 12:27-28

"Considera los lirios, 
cómo crecen; no trabajan
ni hilan; pero yo les
digo que ni Salomón en 
toda su gloria se vistió 
como uno de éstos. 
Y si Dios viste así 
la hierba del campo, 
que hoy es y mañana es 
echada al horno, 
¡cuánto más hará por 
vosotros, hombres de poca fe!"

Entonces decidí caminar
lejos a construir un
nuevo hormiguero
donde las mañanas algún día
tengan luz y aroma
de paz.

Y pueda tomar café
mirando el amanecer
mientras a Dios
de gracias.







Comentarios

Entradas populares