EN BUSCA DE LA BELLEZA

Para determinar si una mujer es bella,
primero la dejó en su esencia.

La imagino sin su lujoso
coche, quito uno a uno
los adornos de su cuerpo,
dejó a un lado sus lentes,
diluyo el tinte de su cabello,
elimino totalmente su maquillaje,
hago a un lado sus tacones.

Busco que la mar
muestre sus perlas
cuando baja la marea.
Así me gusta  la
mujer explayarse al
sonreír.

Y ya completamente desnuda.
Pongo sobre su sexo una rosa de intenso carmín, y en cada pecho
una aromática gardenia.

Me asomo a la profundidad
de sus ojos, 
Escucho de lo que habla el corazón
y lo que tiene que decir
su pensamiento.

Observo si sus manos
alguna vez han arado.


He aprendido que 
la coralillo,  aunque de bellos
colores es, finalmente mata.

Así que prefiero
la mujer en su desnudez
la mujer en su esencia,
tal como llega al mundo.

En el lecho,
escucho
su  mítico lenguaje
que la hace única
entre un millón.

Me gusta verla
caminar desnuda
y descalza por la
arena de la playa
de la imaginación.