APLAUSO DIVINO
El sonido de una lluvia tupida
asemeja el nutrido
aplauso de una muchedumbre
en un recital de Mozart.
¿Por qué?
Porque así es. Cierra tus ojos
y lo comprobarás.
El primero refresca
el cuerpo, y el segundo
el espíritu.
asemeja el nutrido
aplauso de una muchedumbre
en un recital de Mozart.
¿Por qué?
Porque así es. Cierra tus ojos
y lo comprobarás.
El primero refresca
el cuerpo, y el segundo
el espíritu.
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