EL EGOISMO

Y me miró desde la carretera la flor,
se detuvo, quiso saber de la semilla
que alguna vez sembré, pero no siempre el trigo que brilla
al sol  es dorado. Un poco de amor

es lo que buscaba, noches interminables de pasión,
pero ese sembrador no era yo,
entonces después de estirar la cuerda, la maceta cayó,
en mil pedazos se rompió, y el silencio se volvió canción

Una melodía que tristemente se vuelve
costumbre. Y eso se vuelve alimento del ser,
el amputado vive de alguna forma sin brazo,
el ciego aprende a andar caminos,
y uno aprende a comer sin sembrar, ya no
hay nada que cosechar.

El sembrador se vuelve de roca,
las aves se posan sobre él, no reacciona,
sus plantas son acariciadas por rosas de
carmín. Sigue hecho una roca.

La rosa deja de mirar
desde la carretera, ya no hay nada
que admirar. Y se va.

La soledad se vuelve costumbre.
Se aprende a escuchar  silencio,
uno es egoísta de ello.
No desea que nadie lo interrumpa.

En la lejanía escucho música
sosa que es un pecado, rasga
mi silencio mientras los pétalos
de la rosa se han marchado.

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