EL RECUERDO

Lo más fácil de escribir es aquello
que no brota del corazón.

Si el dolor es profundo 
el ser se empacha, se tapa y no dice nada,
sólo duele.
Lo normal es llorar

El alma se desahoga 
con lagrimas que brotan al 
primer recuerdo.

Soy cobarde en la vigilia
y no deseo recordar.
Sólo sé que el sueño
durante la noche es un celador
muy noble que abre la celda
de los recuerdos y los libera.

Sé muy bien que sollozaré
dormido cuando el recuerdo
se acurruqe junto a mi puerta
en onírica presencia.

Y finalmente llore sin
poder evitarlo

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