NO HABLARÉ



No  hablaré de cosas y
delirios y de sueños como si la vida fuese eterna.

No hablaré de luces de intensa belleza
ni de  días de oscuridad cual  caverna.

Del azul diamantino, del rojo metálico
o verde iluminado.

Sólo diré que la existencia
es como una gota de lluvia
que sobre el pavimento explota
que ante los ojos del incrédulo,
ese fue su final.

Quien ve con detenimiento
sabe que esa gota
ya dio vida y,
antes de evaporarse
en lo eterno.

Ves!
Nada está escrito
ha comenzado a llover,
terminó el silencio
y la humedad envuelve mis sentidos,
la tierra seca, se estremece
tal como el humano se  estremece
entre gemidos.

Hay pocas cosas que nos quedan,
una de ellas,
son las gotas de lluvia
que indican que aún hay
esperanza.

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