LA VOZ DE RAQUEL
En la casa silenciosa
Abarrotada de recuerdos la dulce voz
Brota de las paredes, para inmediatamente
Caer palabra a palabra en el suelo, y estrellarse
Cual cristal fino y delicado.
Yo recojo las astillas afiladas
Desperdigadas en cada rincón de la casa, y sin temor alguno
me aferro a las remembranzas y, las llevo
A mi pecho dañado por lo impropio.
Y corre mi sangre
gota agota como
Río impuro, mientras
el grillo y un ave cantan en la tarde
Calurosa.
Hay dos formas de dejar de sufrir, pienso.
La soga o el poema
que se desgaja
como Raquel que “rehúsa a ser consolada
acerca de sus hijos, porque ya no son”.
La dulce voz
Brota de las paredes de nueva cuenta,
Pero ya no más, lo sabe el grillo
Por eso canta en el río ya desangrado
de mi alma
de mi alma
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