EL AMOR

Conocí tierra que al sembrarle
semilla aún lloviendole
esta permanece.

La semilla que se anida
y brota en las entrañas,
brota, crece y se marcha.

La simiente que se incuba
en el corazón allí permanece.
No hay viento de triste febrero
que llegué usurpador y se la lleve
porque ella sabe muy bien
a que tierra pertenece.

Debo decirte que hay mucha
tierra alrededor, de todos
tonos y rubores. Pero no
toda es tierra fértil
donde anide la semilla
por siempre.

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