EL SÉPTIMO DÍA

Quiero creer en ti porque te conocí
un séptimo día (buen presagio). Con un cielo raso sin nada especial, en la carencia
material y sin más Dios
que el que alguna vez te contaron.

Rodeada de pájaras aún
sin nido, con poco entendimiento
de la vida, pero con la estación
de la primavera todo el año.

Un vez te dije que la vida
es demasiado corta para perdonar.
La gente suele dañar de más.
Los días son cortos para
la reconciliación rezar.

La única esperanza es que te conocí
un séptimo día. 

Casi no hablas
y eso me gusta.
Porque cuando se habla
se nos escapa el aura,
la energía.

Yo en cambio habló mucho
por eso casi siempre 
estoy agotado.

Cuando se habla de
más se entrega la soberanía
personal.

Quizás pueda confiar en ti
porque te conocí, simple,
sencilla, sin más aspaviento
que una tarde de bullicio,
rodeadas de una parvada de pájaros
que te merodeaban.

tú y yo.
Sólo nos vimos y
esa noche hicimos
nuestro propio nido
bajo un cielo raso, pero
bellamente decorado por
la limpidez celestial
de la esperanza.




Comentarios

Entradas populares