SOMOS GOTA DE LLUVIA

Me senté, esperé la lluvia
para recordar mi infancia,
Antaño vi brotar la acacia
aún de la charca turbia.

Gotas de cristal
pintando de verde brilloso
cada hoja, rama y hierba, ¡primoroso!
el hijo del hombre celestial.

Ser uno mismo, como la gota,
como el cielo que aunque reniega
da vida.  Y que en clara  rebeldía el suelo anega,
sin quererlo, todo crece y brota.

Predestino de la gota.

Porque así es el predestino,
porque somos de molde y barro,
vaya toque bizarro
de un creador divino.

Ser distinto, el hombre lo  intenta.
Como la noble gota de lluvia rebelde, que un día
es llovizna que da alegría,
pero otro día, es tormenta.

Somos gota predestinada,
con cierta benevolencia del cielo,
que nos deja ser tormenta
de vez en cuando.