CHISPAS DE VIDA
Desperté, y me sentí como un
viejo elefante cansado, de
andar parsimonioso hacia su
fin.
Es la vejez.
Momentos después escuché ladrar
a mi viejo perro,
fiero y jovial, defendiendo en
lo que el cree y para lo que nació.
Entonces, repentinamente me
sentí como un joven ratón
rebosante de energía con un
universo de cosas por hacer
y lograr.
viejo elefante cansado, de
andar parsimonioso hacia su
fin.
Es la vejez.
Momentos después escuché ladrar
a mi viejo perro,
fiero y jovial, defendiendo en
lo que el cree y para lo que nació.
Entonces, repentinamente me
sentí como un joven ratón
rebosante de energía con un
universo de cosas por hacer
y lograr.
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